Devoción y cuaresmas de San Francisco de Asís
Fuente: https://caballerosdelavirgenecuador.com/
San Francisco de Asís realizaba
por año tres cuaresmas, además de otro período de ayuno y oración en honra a la
Madre de Dios, por la cual tenía un dulce y especial amor.
Todas esas cuaresmas eran
realizadas en el Monte Alverne.
San Francisco conocía la
autoridad que el Arcángel Miguel tiene en el auxilio de las almas, en salvarlas
en el último instante de la vida y el poder de ir al Purgatorio a retirarlas de
allí.
La primera Cuaresma de San
Miguel realizada por San Francisco fue en el año 1224, año en que recibió los estigmas
en el monte Alverne.
San Francisco dijo: “Para honra
de Dios, de la Bienaventurada Virgen María y de San Miguel, Príncipe de los
Ángeles y de las almas, quiero hacer aquí una cuaresma”.
Cierta mañana oraba en una de
las partes del monte, se aproximaba la fiesta de la Exaltación de la Santa
Cruz, y vio descender de lo alto del Cielo un serafín de seis alas flameantes.
El serafín se le apareció no
solo munido de alas, sino también crucificado, manos y pies extendidos y atados
a una cruz.
Tal aparición dejó a Francisco sumergido
en un profundo éxtasis, mientras en su alma se mezclaba la tristeza y la
alegría.
Con el corazón inflamado de un
ardor seráfico e imprimiéndole en la carne la semejanza externa con el
crucificado, recibió los estigmas en sus manos y pies.
¿Cómo hacer la Cuaresma de San Miguel?
Pasos para hacer la Cuaresma
Inicia el 15 de agosto (Solemnidad de la
Asunción
de la Virgen María) y finaliza
el 29 de septiembre (Fiesta de los tres
Arcángeles:
San Miguel, San Gabriel y
San
Rafael).
Se reza diariamente, excepto los domingos, día dedicado a Nuestro Señor.
1. Preparar
un altar con la imagen de San Miguel Arcángel o un cuadro.
2. Encender
un cirio (vela) como signo de la presencia de Nuestro Señor.
3. Elegir
un propósito diario. Puede hacer una penitencia durante los cuarenta
días.
4. Rezar las oraciones: Santo Rosario, oración a San Miguel y Letanías de San Miguel.
Devocionario para la Cuaresma de San Miguel
Invocaciones
La Santa Cruz sea mi luz.
No sea el demonio mi guía.
¡Apártate, Satanás!
No me sugieras cosas vanas,
Maldad es lo que me brindas,
Bebe tú mismo tu veneno.
Oración a San Miguel
San
Miguel Arcángel defendednos en el combate, sed nuestra protección contra los
embustes y celadas del demonio.
Reprímale Dios, lo pedimos insistentemente;
y Vos, príncipe de la Milicia celestial, por el divino poder, precipitad en el
infierno a satanás y a todos los espíritus malignos que vagan por el mundo para
perder las almas.
Amén.
Oración a la Santísima Virgen
María, Reina de los Ángeles
Augusta Reina del Cielo y Señora de los ángeles, Vos que desde el principio recibisteis de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de satanás, humildemente os pedimos, enviad las legiones celestiales de los Santos Ángeles a perseguir por vuestro poder y bajo vuestras órdenes los demonios, combatiéndolos en todas partes, confundiéndoles la insolencia y lanzándolos en las profundidades del infierno.
Quis ut Deus (¡Quién como Dios!).
Oh buena y tierna Madre, sed siempre
nuestro amor y nuestra esperanza.
Oh Madre de Dios, mandadnos
vuestros santos ángeles para defendernos y para rechazar al demonio, nuestro
cruel enemigo.
María Reina de los Ángeles,
ruega por nosotros.
Santos ángeles y arcángeles, defendednos y guardadnos. Amén.
Consagración a San Miguel
Arcángel
Oh noble príncipe de los ángeles, valiente
guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus
rebeldes, amor y deleite de todos los ángeles justos, mi queridísimo Arcángel
San Miguel, deseando ser parte del número de tus devotos y servidores, a ti hoy
me consagro, me entrego, me ofrezco y coloco, a mi familia y todo lo que me
pertenece, bajo tu más poderosa protección.
La ofrenda de mi servicio es pequeña,
siendo como soy un miserable pecador, pero magnificarás el cariño de mi corazón;
a partir de ahora estoy bajo tu apoyo y confío que sabrás ayudarme durante toda
mi vida, y obtener para mí el perdón de mis muchos y graves pecados, la gracia de
amar a Dios con todo el corazón, a mi querido Salvador Jesucristo y a mi madre
María Santísima; obtén para mí las ayudas que necesito para alcanzar la corona
de la gloria eterna.
Defiéndeme de los enemigos del alma,
especialmente en el momento de la muerte. Ven, oh príncipe glorioso, a
asistirme en la última batalla y con tu poderosa arma arroja a los abismos del
infierno, ese ángel orgulloso y rompedor de promesas que una vez postraste en una
batalla en el Cielo.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha para que no perezcamos en el juicio supremo. Amén.
Letanías de San Miguel
1.Señor, ten piedad de nosotros.
2.Jesucristo, ten piedad de
nosotros.
3.Señor, ten piedad de nosotros.
4.Jesucristo, óyenos.
5.Jesucristo, atiéndenos.
6.Padre Celestial, que eres Dios,
ten piedad de nosotros.
7.Hijo Redentor del mundo, que
eres Dios, ten piedad de nosotros.
8.Espíritu Santo, que eres Dios,
ten piedad de nosotros.
9.Santísima Trinidad que eres un
solo Dios, ten piedad de nosotros.
10.Santa María, Reina de los
Ángeles, R. ruega por nosotros.
11.San Miguel, ruega por nosotros.
12.San Miguel, lleno de gracia de
Dios…
13.San Miguel, perfecto adorador
del Verbo Divino…
14.San Miguel, coronado de honra y
de gloria…
15.San Miguel, poderoso Príncipe
de los Ejércitos Celestiales.
16.San Miguel, porta estandarte de
la Santísima Trinidad.
17.San Miguel, guardián del
Paraíso.
18.San Miguel, guía y consolador
del pueblo Israelita.
19.San Miguel, esplendor y fuerza
de la Iglesia militante.
20.San Miguel, honra y alegría de
la Iglesia Triunfante.
21.San Miguel, Luz de los Ángeles.
22.San Miguel, baluarte de la
verdadera Fe.
23.San Miguel, fuerza de aquellos
que combaten por el estandarte de la cruz.
24.San Miguel, luz y confianza de
las almas en el último momento de vida.
25.San Miguel, socorro cierto.
26.San Miguel, nuestro auxilio en
todas las adversidades.
27.San Miguel, mensajero de la sentencia
eterna.
28.San Miguel, consolador de las
almas del purgatorio, Vos a quien el Señor encomendó recibir las almas después de
la muerte.
29.San Miguel, nuestro Príncipe.
30.San Miguel, nuestro abogado.
Cordero de Dios que quitas el pecado
del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado
del mundo, óyenos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, atiéndenos.
Ruega por nosotros glorioso San Miguel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo. Para que seamos dignos de sus promesas.
Oremos
Señor Jesucristo, santifícanos
con una bendición siempre nueva y concédenos, por intercesión de San Miguel, la
sabiduría que nos enseñe a juntar riquezas en el Cielo y a cambiar los bienes
de nuestro tiempo presente por los bienes eternos.
Tú que vives y reinas por los siglos
de los siglos. Amén.
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