Los tres grandes del
Adviento:
Isaías, Juan Bautista y
la Virgen María
Durante el Tiempo de
Adviento la Iglesia posa su mirada, y nos invita a hacerlo también, sobre tres
personajes que ayudan a vivir este tiempo de espera del Señor con autenticidad.
Ellos son los protagonistas de este tiempo tan crucial en el que esperamos la
venida del Salvador. Nos referimos al profeta Isaías, a Juan el Bautista, y a
la Virgen María.
Isaías:
El evangelista del Antiguo Testamento
Isaías es el primer
protagonista. Es conocido como “el evangelista del Antiguo Testamento”. Es el
profeta más citado por los escritores del Nuevo Testamento. Las lecturas de sus
escritos que se hacen durante el Adviento remarcar una esperanza que brota de
la fe. La mayoría de las primeras lecturas de la misa están tomadas de él. Son
textos que nos anuncian la esperanza universal y sin límite de tiempo,
independiente de posibles circunstancias adversas que nos pueda tocar vivir. Es
el profeta, por excelencia, de la espera.
Pero, al mismo tiempo, el
profeta nos invita a “preparar el camino al Señor”, a no ser solamente pasivos
en la espera, sino tomar parte activa y constructiva en ella. En la predicación
de Juan el Bautista resonará mucho esta idea. El Señor viene, pero quiere que
le preparemos el camino para su llegada. La salvación, aunque don de lo alto,
requiere que nos dispongamos convenientemente, que la “adelantemos” con buenas
obras.
Juan Bautista:
El primero en reconocer al Mesías
En segundo lugar, tenemos
a Juan el Bautista. Su ayuno, su ascetismo y su oración en el desierto son un
estímulo para los que quieren acoger al Dios que viene. Por estas razones
encarna bien el espíritu del Adviento. Muchos escucharon su predicación y se
convirtieron ante la inminente llegada del Reino.
Supo reconocer al Mesías y
dio testimonio de Él derramando su sangre. Con su martirio se convirtió en
figura de Jesús, que nos salva por medio del abajamiento y del don total de sí.
El Adviento de Dios sigue
aconteciendo en humildad, sigue viniendo a los corazones de los hombres que
están abiertos a la eterna novedad de Dios, que hace todas las cosas nuevas.
La Virgen María:
la Madre de Dios
La tercera figura es la de
la Virgen María, Madre de Jesús. El Papa Benedicto XVI la llamó “mujer del
Adviento” porque es el modelo de todas las actitudes propias del Adviento:
confianza y disponibilidad.
Al final del Tiempo de
Adviento la figura de la Virgen se une al cumplimiento de las promesas y la
llegada del tiempo mesiánico esperado. Su fe, su silencio, su oración, su
alabanza, su disponibilidad a la voluntad de Dios y al servicio… se convierten
en actitudes a imitar por los cristianos no solo durante el Adviento, sino
durante todos los días del año.
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