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Rosario del papa 30 Mayo 2020

PORTADA ANGEL DE LA GUARDA

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sábado, 13 de febrero de 2021

San Miguel vence al Anticristo

 

 

San Miguel vence al Anticristo

 

San Luis Gonzaga escribe que cuando llegue el fin del mundo aparecerá san Miguel para luchar contra el Anticristo; lo hará para defender a la Iglesia de Dios en su tremenda persecución (Cfr. 1 Jn 2,18; 1 Ts 4,16).

Será en ese momento de la victoria final que san Miguel hará sonar la trompeta en presencia de Cristo y despertando a todos los que murieron desde Adán hasta la consumación de los siglos.

 

El Padre de la Iglesia san Cirilo escribía que “el arcángel hará una proclamación y dirá a todos: ¨Levántense para el encuentro con el Señor, pues el descenso del Señor es terrible”.

Como puedes ver, las misiones y tareas de san Miguel Arcángel son muchas y muy importantes y necesarias para nuestras vidas presentes, por ello te invito a que te consagres a este glorioso Príncipe con la siguiente oración:

 

    San Miguel Arcángel, yo me consagro a ti. Me pongo a mí mismo, a mi familia y a todo lo que me pertenece, bajo tu poderosa protección. Acrecienta el fervor en mi corazón y recuerda que, desde este día, yo estoy bajo tu amparo.

    Obtén para mi gracia de amar con todo mi corazón a Dios, Mi Padre, a Jesús, mi Salvador; al Espíritu Santo, mi Santificador, y a María, mi dulce Madre. Amén.

 

     Oh gran príncipe del Cielo, guardián sumamente fiel de la Iglesia, San Miguel Arcángel, yo, aunque indigno de presentarme a ti, pero confiado en tu especial bondad, emocionado (a) por la excelencia de tus plegarias y de la multitud de tus buenas obras, me presento a ti, acompañado (a) por mi Ángel de la Guarda; y en presencia de todos los Ángeles del Cielo a quienes tomo como testigos de mi devoción por ti, te elijo hoy como mi protector y abogado particular, y me propongo firmemente honrarte siempre y ensalzarte con todas mis fuerzas.

Asísteme durante mi vida, para que nunca ofenda los ojos purísimos de Dios, ni con obras, o palabras o pensamientos. Defiéndeme contra todas las tentaciones del demonio, especialmente aquellas contra la fe y la pureza; y en la hora de mi muerte, dona la paz a mi alma y hazme entrar a la Patria Eterna. Amén.


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