PARA PEDIR LA PROTECCIÓN DEL CIELO
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guardián de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales.
Humildemente te rogamos, te digne librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por tí, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad. Amén.
SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Príncipe de los ejércitos celestiales, vencedor del dragón infernal, recibiste de Dios la fuerza y el poder de aniquilar, por la humildad, la soberbia del príncipe de las tinieblas. Te suplicamos insistentemente nos alcances la verdadera humildad de corazón, la fidelidad inquebrantable para cumplir siempre la Voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y la necesidad.
Socórrenos para que no desfallezcamos ante el Trono de la Justicia de Dios.
ORACIÓN A SAN GABRIEL
Dios Señor nuestro, imploramos tu clemencia para que habiendo conocido tu Encarnación por el anuncio del arcángel San Gabriel, con el auxilio suyo consigamos también sus beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
SAN GABRIEL ARCÁNGEL
Ángel de la Encarnación, fiel mensajero de Dios, abre nuestros oídos para que estén atentos a las más leves advertencias o toques del Corazón amoroso de Nuestro Señor.
Permanece siempre junto a nosotros, te lo suplicamos, para que comprendamos debidamente la Palabra de Dios, la sigamos y obedezcamos y cumplamos dócilmente aquello que Dios quiere de nosotros. Haz que estemos siempre disponibles y vigilantes para que el Señor, cuando llegue, no nos encuentre dormidos.
Arcángel San Rafael, que dijiste: «Bendecid a Dios todos los días y proclamad sus beneficios. Practicad el bien y no tropezaréis en el mal. Buena es la oración con ayuno, y hacer limosna mejor que atesorar oro», te suplico me acompañes en todos mis caminos y me alcances gracias para seguir tus consejos.
SAN RAFAEL ARCÁNGEL
Tú, que eres lanza y bálsamo de Amor de Dios, hiere, te lo suplicamos, nuestro corazón con el Amor ardiente de Dios. Deja que nunca sane esta herida, para que perseveremos cada día en el camino de la caridad y que todo venzamos por el amor.
¡Ayúdenos santos y poderosos hermanos, siervos ante Dios!
Defiéndanos de nosotros mismos, de nuestra cobardía y tibieza, de nuestro egoísmo y ambición, de nuestra envidia y desconfianza, de nuestras ansias de riquezas, bienestar y fama.
Desátenos de las cadenas del pecado y del apego a las cosas temporales. Quítenos las vendas de los ojos que nosotros mismos nos pusimos para no tener que ver las necesidades de nuestro alrededor y poder así, tranquilamente, ocuparnos y compadecernos de nosotros mismos. Traspasen nuestro corazón con la santa ansiedad de Dios para que no dejemos de buscarlo con ardor, contrición y amor.
¡Contemplen la Sangre del Señor derramada por nuestra causa!
¡Contemplen las lágrimas de su Reina derramadas por nuestra causa!
¡Contemplen en nosotros la imagen de Dios, desfigurada por nuestros pecados y que Él, por amor, imprimió en nuestras almas!
¡Ayúdenos a conocer, adorar, amar y servir a Dios!
¡Ayúdenos en el combate contra el poder de las tinieblas que sutilmente nos rodea y acecha!
¡Ayúdenos para que ninguno de nosotros se pierda y un día estemos reunidos en la eterna bienaventuranza! Amén.
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