PÁGINAS: | Comentario Biblico |
Homilía XX Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2018 - 2019 -
(Ciclo C)
Dom 18 Ago 2019
“He venido a prender fuego en el mundo”
Introducción:
En medio del descanso
veraniego, en el que intentamos relajarnos del ajetreo laboral o del curso o de
las ocupaciones de la vida, nos llega la Palabra de este domingo como un
aldabonazo que no nos permite ninguna tregua en todo lo que signifique e implique
el seguimiento de Cristo.
Jesús es la opción
fundamental de nuestra vida cristiana. El Reino y el Evangelio han de ser
nuestra prioridad si de verdad nuestro seguimiento de Jesús es real: “afectivo
y efectivo”. Las lecturas de este domingo nos hacen tomar conciencia de nuevo
de lo que supone dicha opción de vida. No nos podemos dormir en los laureles.
Nuestro sí a Cristo es
decisión por Él constante y permanente, sin descanso y sin parón, asumiendo las
pruebas y dificultades inherentes. Si todavía estamos pensándolo desde luego
este domingo es el momento de dar respuesta. Es el momento de decidirse de una
vez.
Fray Juan Carlos González
del Cerro O.P.
Real Convento de Santo
Domingo (Jerez de la Frontera)
Evangelio de hoy y
lecturas
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías 38,4-6.8-10:
En aquellos días, los
príncipes dijeron al rey: «Muera ese Jeremías, porque está desmoralizando a los
soldados que quedan en la ciudad y a todo el pueblo, con semejantes discursos.
Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.»
Respondió el rey Sedecías:
«Ahí lo tenéis, en vuestro poder: el rey no puede nada contra vosotros.»
Ellos cogieron a Jeremías y
lo arrojaron en el aljibe de Malquías, príncipe real, en el patio de la
guardia, descolgándolo con sogas. En el aljibe no había agua, sino lodo, y
Jeremías se hundió en el lodo.
Ebedmelek salió del palacio
y habló al rey: «Mi rey y señor, esos hombres han tratado inicuamente al
profeta Jeremías, arrojándolo al aljibe, donde morirá de hambre, porque no
queda pan en la ciudad.»
Entonces el rey ordenó a
Ebedmelek, el cusita: «Toma tres hombres a tu mando, y sacad al profeta
Jeremías del aljibe, antes de que muera.»
Salmo
Sal 39 R/. Señor, date prisa en socorrerme
Yo esperaba con ansia al
Señor;
él se inclinó y escuchó mi
grito. R/.
Me levantó de la fosa fatal,
de la charca fangosa;
afianzó mis pies sobre roca,
y aseguró mis pasos. R/.
Me puso en la boca un
cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.
Muchos, al verlo, quedaron
sobrecogidos
y confiaron en el Señor. R/.
Yo soy pobre y desgraciado,
pero el Señor se cuida de
mí;
tú eres mi auxilio y mi
liberación:
Dios mío, no tardes. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos 12,1-4
Una nube ingente de testigos
nos rodea: por tanto, quitémonos lo que nos estorba y el pecado que nos ata, y
corramos en la carrera que nos toca, sin retiramos, fijos los ojos en el que
inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato,
soportó la cruz, despreciando la ignominia, y ahora está sentado a la derecha
del trono de Dios. Recordad al que soportó la oposición de los pecadores, y no
os canséis ni perdáis el ánimo. Todavía no habéis llegado a la sangre en
vuestra pelea contra el pecado.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,49-53
En aquel tiempo, dijo Jesús
a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya
ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante,
una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres;
estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre
contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera
contra la suegra.»
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