SANTO ROSARIO EN CUARESMA
Hacer la Señal de la cruz:
Por la señal de la santa cruz + de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios
nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo + Amén.
Ofrecimiento:
Rezamos este Santo Rosario por todas las intenciones recibidas, por los
enfermos y dolientes, por nuestra Santa Iglesia, por el Papa
Francisco, los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, por las vocaciones,
por las misiones y todos los misioneros, por los agonizantes y por las almas
del Purgatorio.
Y pedimos especialmente vivir esta Cuaresma y
nuestra vida entera en santidad.
Oración de inicio:
Santísima Virgen, tú que has
sabido guardar a Jesús y penetrar hasta la profundidad más íntima de su persona:
enséñanos a guardarlo, a guar-darlo prolongada y devotamente en el Tabernáculo
en que está presente.
Enséñanos a escuchar en
silencio las palabras que Él nos dirige y a iniciar con Él un diálogo personal.
Haznos vislumbrar las
maravillas que Él desea operar en el secreto de nuestras almas.
Concédenos apreciar el mucho
tiempo que Él está ocultamente cerca nuestro
y cuán grande es la amistad que nos demuestra.
Ayúdanos a responder a su
amor con el ímpetu de todo nuestro ser, a perdernos enteramente, como tú, en
una mirada de amor fija sobre Él. Amén
Pésame,
Dios mío y me arrepiento de todo corazón
de haberos ofendido, pésame por el infierno que merecí y por el Cielo que
perdí.
Pero mucho más me pesa porque pecando
ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como Vos.
Antes querría haber muerto que haberos
ofendido; y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de
pecado. Amén.
Meditaremos
en cada misterio un texto extraído del libro, “Las cuarenta horas de Padre Pío.
Oremos, Adoremos”
MISTERIOS DEL ROSARIO
(Según el día)
PRIMER MISTERIO:
(Anuncien el misterio que corresponda)
Jesús agoniza en el huerto de Getsemaní por el
desprecio y la indiferencia de los hombres ante su amor. Él “los amó hasta el
extremo” (Jn 13,1), es decir, los amó hasta las últimas consecuencias..., hasta
llegar a aparecerse al pan para convertirse en alimento de los
hombres.
Entonces Él, en el huerto de
Getsemaní, sufrió incluso por el sacrilegio y el desprecio de los hombres por
la Eucaristía. Jesús fue consolado por un ángel allí en el huerto; por lo tanto
nosotros deseamos ofrecer a Jesús sacramentado toda la compasión y el amor de
su Madre, la única que, en toda su plenitud, se ofreció al amor de su Dios.
Padre Nuestro, 10 Ave
María y Gloria
- Oh Jesús mío, perdona
nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las
almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
- Ave Marìa Purìsima, sin pecado concebida
- Santo Padre
Pío, ruega por nosotros
SEGUNDO MISTERIO:
(Anuncien el misterio que corresponda)
San Pío
decía: “Es más fácil que el mundo
pueda mantenerse sin el sol que sin la Misa”.
Víctima silenciosa de nuestros altares,
Jesús continúa ofreciéndose al Padre como durante la flagelación, como
reparación de todas las maldades e iniquidades humanas.
El apóstol Pablo exhorta: “¿No sabéis que
vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor se hace
un solo espíritu con Él...
Padre Nuestro, 10 Ave
María y Gloria
- Oh Jesùs mìo, perdona nuestras culpas,
lìbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre
especialmente a las màs necesita-das de tu misericordia.
- Ave Marìa Purìsima sin pecado concebida
- Santo Padre Pío, ruega por nosotros
TERCER MISTERIO:
(Anuncien el misterio que corresponda)
En ninguna otra parte de la pasión se manifiesta
la humillación a la cual estuvo sujeto el Señor como en la coronación de
espinas. En la Santísima Eucaristía, por tanto, la humillación y el
rebajamiento de Dios son insondables.
¿Cómo podemos
explicar este estado de Jesús en la Hostia consagrada, si no reconocemos que
Dios se humilla tan profundamente para confundir nuestro orgullo, raíz de todos
nuestros pecados?
Nos creemos más sabios que
Dios y criticamos todo, pero no ponemos en práctica sus mandamientos. Sigamos
el ejemplo de María, que se reconoció “la esclava del Señor” (ver Lc 1, 3-8) y
pidámosle su gracia para entregarnos humildemente, como ella lo hizo, a la
voluntad de Dios.
Padre Nuestro, 10 Ave
María y Gloria
- Oh Jesùs mìo, perdona nuestras culpas,
lìbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre
especialmente a las màs necesitadas de tu misericordia.
- Ave Marìa Purìsima sin pecado concebida
- Santo Padre Pío, ruega por nosotros.
(Anuncien el misterio que corresponda)
“El que no lleve su cruz y venga en pos de mí no
puede ser mi discípulo ” (Lc 14, 27). La Virgen Santísima, que, desde la
profecía de Simeón, sintió la punta de aquella espada que después lenta e
inexorablemente penetró en su Corazón hasta traspasarlo en el Calvario, nos da
la gracia para soportar los pequeños y grandes sufrimientos de cada día y
unirlos, como lo hizo Él en el Calvario, al sacrificio de Cristo que se renueva
cada día en nuestros altares.
Padre nuestro, 10 Ave
María y Gloria
- Oh Jesùs mìo, perdona nuestras culpas,
lìbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre
especialmente a las màs necesita-das de tu misericordia.
- Ave Marìa Purìsima sin pecado concebida
- Santo Padre
Pío, ruega por nosotros
QUINTO
MISTERIO:
(Anuncien el misterio que corresponda)
El Sacrificio eucarístico es recuerdo del
Calvario. Decía San Pío: “En la Misa está todo el Calvario” (13); y cuando se
le preguntó: “Padre, ¿cómo debemos participar en la Santa Misa?”, él respondió:
“Como la Virgen, como San Juan y las piadosas mujeres del Calvario, amando y
compadeciendo”.
En el Calvario, María
refleja todo el dolor y todos los sentimientos de su Hijo. Ella es la Cordera
sacrificada con el Cordero sacrificado, y en cada Santa Misa se actualiza,
junto a Jesús Víctima, la presencia y ofrecimiento de María como
Corredentora.
Ella es la hostia con Jesús
Hostia. Los fieles, que tienen el sacerdocio común por el bautismo, pero en
particular el sacerdote, que tiene el sacerdocio ministerial, recibido en el
Sacramento del Orden Sagrado, deben tener como modelo a María, ofreciendo a
Dios no sólo el cuerpo y la sangre de Cristo, sino también la “propia vida, su
propio trabajo y todas las cosas creadas”
Padrenuestro, 10 Ave
María y Gloria
- Oh Jesùs mìo, perdona nuestras culpas,
lìbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre
especialmente a las màs necesita-das de tu misericordia.
- Ave Marìa Purìsima, sin pecado concebida
- Santo Padre Pío, ruega por nosotros
Salve
Dios te salve, Reina y Madre
de misericordia,
vida, dulzura y esperanza
nuestra.
Dios te salve.
A Ti clamamos los
desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada
Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh
dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Rezamos por las intenciones del Papa para con este mes:
Por la evangelización: Por
las comunidades cristianas, en particular las que son perseguidas, para que
sientan la cercanía de Cristo y para que sus derechos sean reconocidos.
Ave María 3, y Gloria.
Rezamos la Oración a San Miguel Arcángel
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la
perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos
suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el
divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por
el mundo para la perdición de las almas.
Amén."
†
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
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