DEVOCIÓN A LOS SANTOS
ÁNGELES Y ARCÁNGELES
Los ángeles existen. No
los vemos con los ojos del cuerpo pero sí con los de la fe. Las páginas de la
Sagrada Escritura están llenas de referencias a estos seres espirituales que a
menudo, sin tener cuerpo, se manifiestan de forma corpórea y especialmente humana.
Sobre este aspecto Santo Tomás afirma que, según el testimonio de las
Escrituras, los ángeles pueden tomar un cuerpo para manifestarse a los hombres.
En este caso, no están unidos a este cuerpo como formas, sino como motores.
La forma apropiada de
devoción, recomendada por el Directorio de Piedad Popular de la Congregación
para la Doctrina de la Fe:
“La devoción a los Ángeles
Custodios da lugar también a un estilo de vida caracterizado por: Devoto
agradecimiento a Dios, que ha puesto al servicio de los hombres espíritus de
tan gran santidad y dignidad; actitud de compostura y piedad, motivada por la
conciencia de estar constantemente en presencia de los santos Ángeles; serena
confianza, incluso al afrontar situaciones difíciles, porque el Señor guía y
asiste al fiel en el camino de la justicia también mediante el ministerio de
los Ángeles”.
La Iglesia aconseja pedir
el auxilio y protección de nuestro Ángel de la Guarda, sobre todo para que nos
proteja de las acechanzas del Maligno.
También es bueno estimular
en los niños la devoción al Ángel de la Guarda desde muy pequeños, para que
puedan sentir su protección y ayuda.
Adicionalmente a las
oraciones disponibles en los desplegables, existen secciones específicas en el
sitio dedicadas a San Miguel Arcángel, al Ángel de la Guarda, a San Rafael
Arcángel y a San Gabriel.
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