San Miguel Arcángel
Intercesor De los enfermos y difuntos
San Miguel no es solo el jefe del ejército de Dios, su campo
de acción es muy amplio y se extiende a diversas funciones. Desde la
antigüedad, en la Iglesia Oriental, se le atribuyó a san Miguel la capacidad de
sanar, lo cual va unido a su protección que da a los hombres.
De esta función se encuentra, por ejemplo, la aparición de
san Miguel en el Estado de Tlaxcala, México, donde aparece en el año de 1631,
en 3 ocasiones a un indígena llamado Diego Lázaro y le indica un agua con
propiedades curativas.
Por esta razón podemos invocar a san Miguel en necesidad de
cura para algún enfermo. Recuerda, san Miguel se interesa por todo lo que le
ocurre al hombre.
Asimismo, san Miguel es el gran abogado nuestro a la hora de
la muerte. Él nos asiste en este momento crucial de cada alma.
A san Miguel se le ha confiado la tarea de recibir las almas
de los elegidos. San Miguel con una solicitud amorosa presenta el alma a la luz
eterna y conduce el alma a la gloria de Dios.
San Alfonso de Ligorio nos narra que había un noble polaco,
quien por muchos años había llevado una vida deshonesta. Cuando se acercaba la
hora de su muerte, se llenó de terror y su consciencia lo remordía, y no quería
recibir ningún tipo de ayuda espiritual.
Sin embargo, este hombre, mantenía algún tipo de veneración a
san Miguel y Dios en su misericordia permitió al arcángel que se le apareciera
y lo exhortara para arrepentirse y pedir en la oración tener tiempo para
arrepentirse de sus pecados.
Después de esto, dos padres dominicos llegaron a la casa,
diciendo que habían sido enviados, a lo cual el hombre reconociendo a esto la
obra de san Miguel, se confesó y murió reconciliado con Dios.
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